Un par de casados iban un camino, la mujer se quedó un rato haciendo sus necesidades y de pronto apareció un enorme oso que se la fue llevando a su cueva para tenerla de mujer. A la entrada puso una piedra muy grande y él se fue a buscar carne de caballo para darle de comer.
Al año nació un niño que fue creciendo poco a poco y cuando era grandecito, comenzó a reclamarle a su papá-oso por ´los mayores que vivían junto a su madre y con los lobos´. Ya tenía suficiente fuerza, empujó la piedra y la hizo rodar y así se fue con su mamá con la intención de encontrar a los familiares de su mamá. Llegaron al río y como no había puente, el osito hizo caer un árbol grande para poder pasar.
Cuando el papá-oso regresó de buscar alimento a la cueva, no estaban. Siguió las pisadas y se fue a buscarlos. Encontrando, la mamá ya estaba al otro lado del río, el hijo también cruzó y le dijo a su papá que también pasara. Pero cuando éste estuvo en la mitad, el joven movió el palo y lo hizo ahogar en el río.
Llegaron donde los familiares que los recibieron muy bien. El hijo entró a la escuela, pero siempre acostumbraba pasear por las lomas. Un día regresando, se puso a jugar con sus compañeros y como tenía mucha fuerza, mató a otro niño. Entonces no volvió más a la escuela, ya que tenía a toda la comunidad encuentra. Un día mientras iba con su mamá, encontraron un león que decía ´¿quién quiere trabajar conmigo?´ Después de un silencio, la mamá contestó: ´el hijo del oso´, y así su hijo fue a trabajar con el león.
El hijo salvó a su mamá. Los hijos e hijas cuando ya crecen, ayudan a sus papás.