ORÍGENES DEL PUEBLO DE SIMIATUG
En el pasado, este lugar integraba uno de los Casicazgos indígenas de importancia y en sus páramos, según los datos de los Cronistas de las Indias, se mantenían manadas de ovejas sagradas, las llamas. Los Simiateños fueron los primeros en rebelarse contra el tributo de las alcabalas, establecido por los españoles y sus varios abusos. Los vasos sagrados de la Iglesia son de plata, extraída de la mina llamada ´Cutahua´, ubicada en Guanguliquín; la misma que fue explotada por los españoles y luego abandonada a fines del siglo XVIII.
En la parroquia existían 4 Haciendas: Talahua y El Porvenir que eran propiedad de la familia Córdovez; La Floresta y La Cabaña que actualmente han sido repartidas entre los habitantes de las comunidades. La Hacienda Talahua fue tomada por los compañeros de Simiátug, la misma que al cabo de varios meses de negociaciones con el Estado consiguieron que se les entregue las tierras. Al igual que el resto de las comunidades andinas, los habitantes de esta zona en la época de la Colonia, fueron sometidos a las denominadas Mitas, Obrajes y Encomiendas que, en definitivo significó el despojo de las tierras de nuestros aborígenes con hombres, mujeres y niños; sometidos a la explotación en batanes, diezmos y primicias, rifas, priostes, reduciendo a la población a condiciones de esclavitud y miseria.